sábado, 12 de junio de 2010

El impacto del teatro en Latinoamérica

La existencia de un teatro prehispánico ha sido muy discutida ya que no se tienen muchos datos sobre cómo pudieron haber sido las manifestaciones artísticas de los pueblos precolombinos, muchas de ellas eran rituales mágicos, y más que espectáculos o artes escénicas, eran formas de comunión que se celebraban durante las festividades religiosas. Las representaciones rituales precolombinas consistían básicamente en diálogos entre varios personajes, algunos de origen divino y otros de simples humanos mortales.

Hay un vestigio muy importante de los primeros textos de artes escénicas en Latinoamérica, fue encontrado en Yucatán, México, y se trata del único texto dramático maya, descubierto en 1850, llamado el Rabinal Achí, en el que se narra el combate de dos guerreros legendarios que se enfrentan a muerte en una batalla ceremonial. Su representación depende de elementos teatrales como el vestuario, música, danza y expresión corporal, sin ninguna influencia de origen europeo.

El resto de las tradiciones rituales sobreviven debido a la fusión de las culturas autóctonas con la europea y española, con lo que se muestra hasta hoy un aspecto singular que no corresponde ni al indígena ni al español. Tal es el caso de las celebraciones religiosas populares mexicanas de Semana Santa en Iztapalapa y en Taxco o la tradicional celebración del Día de Muertos.

Los esfuerzos de evangelización de los misioneros españoles se apoyaron en el teatro, que fue el instrumento básico para formar una mentalidad distinta a la cosmovisión indígena, así también como para informar de la concepción del mundo europeo. Las representaciones sacramentales se basaban en la música, los trajes, cantos y bailes que facilitaban la comunicación entre el espectáculo y el público que aún no dominaba el idioma español. De este tipo de teatro sobreviven las "pastorelas", obras de carácter tragicómico que aún se practican en México antes de la Navidad, y representa las 'tentaciones' que son puestas por unos diablos cómicos, y que deben ser superadas por los pastores en el camino hacia el portal de Belén para adorar al niño Jesús.

El teatro latinoamericano a principios del siglo XIX, estuvo muy influido por el teatro español, pero en el siglo XX, con la llegada de la corriente del realismo y las vanguardias europeas, el teatro latinoamericano empezó a preocuparse de su realidad particular y a buscar sus propias técnicas de expresión.

¿Por qué hacer teatro? En aquel momento, Latinoamérica se encontraba agobiada por muchos problemas políticos y existía una gran necesidad de concientizar a la gente. De ahí surgieron varios teóricos y dramaturgos destacados, como el colombiano Enrique Buenaventura y su trabajo en el Teatro Experimental de Cali.

La preocupación de las artes escénicas, era la de hacer del teatro un instrumento de discusión de la realidad social sin dejar de lado el aspecto espectacular, artístico y estético del mismo.

El teatro es un reflejo de la época en que se presenta, ya que es el reflejo de una realidad social y de unas circunstancias determinadas, que van cambiando conforme se mueven las coyunturas del tiempo y el espacio; las artes escénicas, representan lo que ocurre en el entorno y las transformaciones profundas que experimenta la cultura y la civilización latinoamericana.

El teatro se ha ayudado de la palabra con la finalidad de dar a conocer los contornos del mundo; reúne en gran medida los valores, creencias e imágenes de una cultura que ha sido básica para el desarrollo de la sociedad, y es para la gente que se hace el teatro. El tipo mensaje que se quiere transmitir al público, siempre ha estado determinada por las preferencias del mismo.

El nuevo teatro que se posiciona en Latinoamérica a partir de la década de los sesenta, tenía como fin redefinir los términos de una realidad que se fundamentaba sólo en el poder referencial de la palabra, ampliando sus dimensiones significativas a otros códigos teatrales no verbales.

La necesidad de hacer teatro, surge de manera independiente a todos los acontecimientos de la realidad en la que se vive en América Latina, pues viene del impulso humano por comunicar y transmitir los sentimientos, pensamientos y emociones a otras personas para que puedan “vivir” de cierta manera, algo que es ajeno a ellos y que pueden experimentar a través de las artes escénicas.

Hoy en día, es necesario poner énfasis en el rescate de la práctica teatral, ya que con los avances tecnológicos, la televisión, el cine y los medios de comunicación, esta tradición se esta perdiendo en muchos partes de Latinoamérica. Se debe de promover la cultura de nuestro teatro y fomentar sobre todo a los jóvenes a participar en este tipo de actividades, ya que de nosotros depende que esta practica mágica y ancestral se pueda preservar para las generaciones futuras y por siempre.

Roxana Nayelli Gutiérrez Zepeda

nayelligz@gmail.com

1 comentario:

  1. Mi nombre es Armando García, soy dramaturgo, actor y director teatral. Publico la revista LORCA THEATRE MAGAZINE completamente en español desde Estados Unidos para promover el teatro popular e independiente en el Continente Americano.

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